Para la especialista en Derecho Internacional, la histórica decisión del Reino Unido, de alejarse de la Unión Europea, debe considerarse un fracaso puntual de la integración de un miembro, y no de la comunidad.
Por Tania Elías. 27 junio, 2016.“El Reino Unido ha votado en referéndum su salida de la Unión Europea. La noticia ha sorprendido a muchos, en especial a las bolsas en todo el mundo. Pero lo cierto es que la integración del Reino Unido dentro de la Unión Europea nunca fue completa de ahí que siempre se haya hablado de la singularidad inglesa”, señala la doctora Susana Mosquera.
Según explica, “muchas décadas alentando el euroescepticismo como estrategia política interna, han cosechado estos lodos. Ahora será el Reino Unido el que deba asumir las consecuencias de sus actos pues si los líderes políticos en el Reino Unido apostaron por la democracia directa, ahora les corresponde aceptar la decisión popular y aplicarla”.
¿Cuál es el futuro político de la Unión Europea, con la decisión de Reino Unido de alejarse de la comunidad?
La Unión Europea (UE) ya había hecho público que, fuera cual fuese el resultado de la consulta en el Reino Unido, se iban a tomar medidas de reforma y reestructuración. Qué dirección tengan esas medidas está todavía en duda, pero yo confío en que van a servir para fortalecer y dar continuidad al espacio europeo de integración. Pero no será una ruta de seda para el que se ha ido.
¿Muchos líderes han calificado esta decisión como una “bofetada” al proyecto de integración? ¿Ud. lo considera así?
No, no lo calificaría así. Todos sabíamos que el Reino Unido era un miembro “singular” de la UE, como lo es en muchas otras cuestiones que forman parte de su identidad nacional. Siempre ha preferido participar en organismos con estructura intergubernamental, donde sus intereses nacionales pudieran ser atendidos más directamente. De ahí que el euroescepticismo inglés haya sido una cuestión conocida desde hace décadas para la UE.
¿Qué ha fallado en la Comunidad Europea cuando por mucho tiempo se hablaba del ciudadano del mundo y la idea era dejar de lado los nacionalismos y fortalecer la economía?
Lo que ha sucedido es que el sentimiento nacional no se impone a la fuerza, se siente o no se siente. La UE es un espacio jurídico económico exitoso formado por un grupo muy plural de estados que conservan grandes diferencias entre ellos. La decisión democrática del Reino Unido de abandonar el club, debe ser respetada. Ahora a la UE le toca aprender de los errores que se hayan podido tomar y corregirlos.
Económicamente, ¿cuál cree que será el impacto en el mundo globalizado? De entrada hoy se hablaba de la caída de varios mercados en Europa.
En efecto, como consecuencia del referéndum en el Reino Unido han caído los valores de las bolsas en todo el mundo. La globalización es ya un proceso irreversible. Por esa misma razón la respuesta no puede ser unilateral, es importante tomar en cuenta los efectos colectivos y no los intereses individuales. La solución debe alcanzarse juntos.
¿Qué tendría que mejorar para evitar la desintegración de la Unión Europea?
El derecho comunitario es muy complejo y resulta difícil imaginar su funcionamiento desde fuera. No se trata solo de un escenario político, porque reúne elementos jurídicos, sociales e históricos. La UE funciona guiada por unos estándares de democracia, derechos humanos y estado de derecho que han garantizado la más larga etapa de paz en el continente. Desintegrarla no está en la agenda. Consideremos el brexit como un fracaso puntual de la integración de un miembro que nunca supo si entrar o salir, no como un fracaso del proceso en sí.
¿Impactará a Latinoamérica, y en especial al Perú esta situación?
No creo que América Latina en general, y Perú en particular sufra consecuencia negativa alguna. Si los demás estados miembros de la UE no deben tener miedo por la salida del Reino Unido, mucho menos los países de América Latina. Los acuerdos de cooperación con la Unión no se van a cancelar, y lo cierto es que para negociar con el Reino Unido había que seguir rutas paralelas pues su integración siempre ha sido parcial. El plato difícil ahora lo tiene el Reino Unido que debe renegociar su relación con la UE, no adelantemos temores por las acciones de otros.